CÍRCULO DEL SILENCIO MÁLAGA 10 DE ENERO DE 2018
Hemos comenzado 2018 y, desgraciadamente, las dos orillas del
Mediterráneo continúan siendo lugar de muerte y de sufrimiento de inocentes. El
mes de diciembre terminaba con la muerte de Mohamed Bouderbala en la cárcel de
Archidona. No había cometido ningún delito, las causas de su internamiento
fueron ser pobre y migrante. A este luctuoso suceso, todavía no debidamente
aclarado y ante el que la sociedad civil malagueña exige una investigación
profunda y la paralización absoluta de las deportaciones, se unen continuas
noticias de desolación a ambos lados del
estrecho. Varios menores no acompañados han fallecido recientemente en la
ciudad de Melilla. El sábado pasado murieron ahogadas al menos 64 personas en
el Mediterráneo. También nos llegan imágenes impactantes de naufragios, de las humillaciones
y de la conculcación de derechos básicos que sufren muchas personas migrantes
en el norte de África…
Los horrores a los que son sometidas estas personas, así como
la lista de fallecidos y desaparecidos a ambos lados del estrecho podíamos
seguir incrementándola con datos de las últimas semanas, en las que, como
sabemos, llegaron varias embarcaciones con inmigrantes a las costas malagueñas.
Pero, por encima de todo, no podemos olvidar que detrás de estas cifras están
el sufrimiento y la muerte de muchas personas. Como sociedad, este drama no
puede dejarnos indiferentes. Por tanto, decimos a nuestros gobernantes que no
queremos ser cómplices ante tanta barbarie, a la vez que exigimos que la
salvaguarda de los derechos humanos y la justicia social han de primar en
nuestro ordenamiento jurídico y en la convivencia diaria, en nuestro país y en
toda la Unión Europea. Por eso gritamos bien alto: no más internamiento de migrantes,
no más deportaciones de demandantes de asilo, no más violencia contra los
empobrecidos, no más muerte y sufrimiento de inocentes. El Mediterráneo ha de
ser lugar de vida y no de muerte.